Te has preguntado que van a decir las siguientes generaciones acerca de nosotros, de la nuestra. Cómo pensábamos, cómo vivíamos, qué hacíamos y sobre todo, qué creíamos de los que están por venir. Bueno, es claro que para los tiempos que corren las cosas han cambiado mucho de la generación de nuestros padres, por lo cual, como lo dice el sabio Salomón "Es vano pensar que todo tiempo pasado fue mejor", pues de alguna manera, no lo fue. ¿Te imaginas viviendo en una sociedad pasada dónde las costumbres y comportamientos son contrarios a los nuestros, o no contrarios, sino diferentes? De ninguna manera. Es así, como reitero mi primera pregunta ¿Qué dirán las generaciones futuras de nosotros? Pues nosotros ya tenemos un concepto de las pasadas.
De esta manera, es como hoy, al igual que ayer y seguramente que mañana, hay alrededor de 194 parejas en latino américa que unen sus vidas para siempre, y que esperan que éste día, de un giro llano o completo a lo que hoy es sus vidas, y desde punto de vista, cada pareja le apuntaría a no ser igual que las demás, a hacer las cosas diferentes, a pensar medianamente en la felicidad y vivir una vida sin mayores complicaciones. Ahora, si 194 parejas piensan ser diferentes, las 194 tienen un comportamiento común. Y te pregunto ¿Qué va a ser el día de mañana diferente? Para el resto del mundo nada, pero para ti, uno de los mejores días de tu vida; ¿Por qué? espero que no respondas, las mejores preguntas son las que no tienen respuesta.
¿Sabias que desde el momento en el cual se empieza a escribir la historia, el papel de la mujer a sido puesto a la sombra de un hombre? Sí, por su puesto que lo sabes. Aunque, se dice que la mujer salió de la costilla de un hombre para ser igual que él, en la praxis, la realidad es otra, y lo sabes. En la generación pasada, se creía que la mujer es igual al hombre, es autómata e independiente, surgiendo un movimiento feminista. La antepasada decía que la mujer es un ser incompleto y que necesita de un hombre para realizarse como mujer, fomentando un movimiento machista. Y ésta generación, ¿qué dice? ¿Tú que dices? Sea cual sea tu respuesta, solo espero que no sea ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Las pugnas de poderes e igualdad van más allá del género, y a mi concepto pasan a un problema de identidad y comunicación.
Obviamente, sabías que hace 50 años, los matrimonios inter raciales eran mal vistos, 60 y 70 años atrás, eran ilegales, 100 años atrás la cuestión no era racial, sino económica y social, y hace 200 años, todo era pecaminoso, se podía decidir quien tenía alma y qué no, en qué momento alguien es hombre y qué momento es mujer. Y bueno, hace 20 años, nuestros cuerpos aún le pertenecían a la sociedad, al estado y a la religión. En nuestra época, el matrimonio igualitario, la adopción y el tercer género se llevan los encabezados. ¿Cuáles serán los de las generaciones futuras, los de tus hijos, y tal vez, de los míos? Mi punto es, los conceptos de bueno y malo cambian con el paso de los años y las generaciones, dependen de un espacio tiempo específico en la historia. Lo que hace un par de siglos era pecaminoso, hoy es digno de elogio, y lo que era digno de elogio, el día de hoy es cuestión de reproche y censura.
Todo este discurso no es vano, solo quiero hacerte ver cómo cambian los tiempos y las personas, cómo cambiarán tus hijos y cómo cambiarás tú a través de ellos. Y cómo, el día de mañana, o de hoy, o el que sea, algo sobrenatural ocurrirá en tu vida. Cualquier día, puede ser el momento de tu vida, las sorpresas y milagros no tienen ni fecha ni calendario, no se agendan en el tiempo, por lo contrario, carecen de él, no llegan tarde, porque nadie los espera, o en otros casos, nunca llegan.
Mi discurso, tiene una intención: Cambio, y cómo aceptarlos. No por lo que conoces acerca de cambio, sino por lo que transformación significa. Espero, que el día de mañana puedas aceptar con agrado y satisfacción cada nuevo cambio que empiece a llegar a tu vida, a tornarla más clara o más oscura, o que te deshagas de la paleta de colores que tiene el destino, y pintes el tuyo propio. Dios hace lo que se le da la gana porque es Dios. Como lo hemos visto, a veces hace y a veces deshace. Sólo él sabe por qué.
Cuando mires a tus hijos, míralos con la singularidad que ellos merecen. Tu y yo, aunque surgimos del mismo vientre, somos muy diferentes. Acéptalos con las añadiduras que su tiempo les presenten, no intentes hacerlo como hicieron con nosotros. Date la oportunidad de amoldarte a las circunstancias. Deja a un lado los juicios de valor pre concebidos que tanto te gustan, haz a un lado la religión que muchas veces se disfraza de cristianismo o iglesia, pero al fin de al cabo, causan más discusiones y guerras que los verdaderos problemas. Recuerda, que tú decides, nadie más que tú. Y aunque, ahora, hay alguien en tu vida, no debes olvidar que el sentido del ser constituye una sociedad, pero en prioridad el ser.
Recuerda que tus hijos los veo y recibo como propios, que trabajaré por ellos y procuraré que el resto de sus días en este mundo este acompañado por la verdadera luz que alumbre sus caminos. Recuérdales, que la libertad es de quien sabe conquistarla, que como miembros e integrantes del cuerpo de Cristo deben luchar a toda costa contra la injusticia y la desigualdad social, que deben apoyar las nuevas causas de nuestro tiempo y que no deben acostumbrarse a la anticuada manera de pensar de este siglo.
Mañana, cuando te vea entrar al altar vestida de blanco y con todo un séquito que celebramos tu compromiso, pensaré en todos los momentos que compartimos juntos, los momentos de niños, mientras me quitabas la toalla cuando salía del baño, o evitabas que recibiera una buena tunda por mis malas acciones, o me llevabas como una maleta más a los paseos que eras invitada. Todo lo que has invertido en mi, tu tiempo, bienes y espacio; no ha sido en vano. Nada en este mundo es en vano, aunque la vida misma se nos pase en querer capturar el viento.
Te amo y te extraño. No pierdo una hermana, por lo contrario gano un hermano.
Al buen Gabriel, solo me resta decirle que te haga feliz, que te de tantos orgasmos como pueda y que tu lecho nupcial siempre esté caliente, con las sábanas hechas jirones por la construcción de algo más grande que nosotros, el amor. A mi concepto, en las relaciones humanas se puede perdonar cualquier cosa, lo único que no tiene perdón es el dejar de amar, el olvido. Eso merece la muerte. Y aunque solos vinimos al mundo, y solos nos iremos, nos es dado licencia para compartir al lado del ser amado la transición por este mundo.
Como pareja les digo: Que sus vidas sirvan a una revolución. A cambiar los estamentos de las leyes culturales que impiden el libre desarrollo de cada ser humano. Y así, algún día, cualquiera que decida tocar las estrellas podrá hacerlo desde la comodidad de su cama. Sean libres, no teman a experimentar cosas nuevas, libérense de los juicios de valor y las maneras pre concebidas de esta sociedad occidental. Nadie más que ustedes sabe lo que es mejor.
Finalmente, quiero que sepas que te amo, con un inmenso amor filial y se me parte el alma mientras escribo cada palabra pues la felicidad me embarga al saber que tú alcanzas la tuya. El día de mañana no leeré este discurso ni pronunciaré ninguna palabra. Mis hechos durante todo este tiempo han demostrado lo que siento por ti.
Con sinceridad,
Tu hermano menor.
Recuerda que tus hijos los veo y recibo como propios, que trabajaré por ellos y procuraré que el resto de sus días en este mundo este acompañado por la verdadera luz que alumbre sus caminos. Recuérdales, que la libertad es de quien sabe conquistarla, que como miembros e integrantes del cuerpo de Cristo deben luchar a toda costa contra la injusticia y la desigualdad social, que deben apoyar las nuevas causas de nuestro tiempo y que no deben acostumbrarse a la anticuada manera de pensar de este siglo.
Mañana, cuando te vea entrar al altar vestida de blanco y con todo un séquito que celebramos tu compromiso, pensaré en todos los momentos que compartimos juntos, los momentos de niños, mientras me quitabas la toalla cuando salía del baño, o evitabas que recibiera una buena tunda por mis malas acciones, o me llevabas como una maleta más a los paseos que eras invitada. Todo lo que has invertido en mi, tu tiempo, bienes y espacio; no ha sido en vano. Nada en este mundo es en vano, aunque la vida misma se nos pase en querer capturar el viento.
Te amo y te extraño. No pierdo una hermana, por lo contrario gano un hermano.
Al buen Gabriel, solo me resta decirle que te haga feliz, que te de tantos orgasmos como pueda y que tu lecho nupcial siempre esté caliente, con las sábanas hechas jirones por la construcción de algo más grande que nosotros, el amor. A mi concepto, en las relaciones humanas se puede perdonar cualquier cosa, lo único que no tiene perdón es el dejar de amar, el olvido. Eso merece la muerte. Y aunque solos vinimos al mundo, y solos nos iremos, nos es dado licencia para compartir al lado del ser amado la transición por este mundo.
Como pareja les digo: Que sus vidas sirvan a una revolución. A cambiar los estamentos de las leyes culturales que impiden el libre desarrollo de cada ser humano. Y así, algún día, cualquiera que decida tocar las estrellas podrá hacerlo desde la comodidad de su cama. Sean libres, no teman a experimentar cosas nuevas, libérense de los juicios de valor y las maneras pre concebidas de esta sociedad occidental. Nadie más que ustedes sabe lo que es mejor.
Finalmente, quiero que sepas que te amo, con un inmenso amor filial y se me parte el alma mientras escribo cada palabra pues la felicidad me embarga al saber que tú alcanzas la tuya. El día de mañana no leeré este discurso ni pronunciaré ninguna palabra. Mis hechos durante todo este tiempo han demostrado lo que siento por ti.
Con sinceridad,
Tu hermano menor.
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