Entrada destacada

VOLVIENDO A LOS ORÍGENES DE LA LENGUA

Con FIESTA DE BRIBONES al son de guitarras, voces y pandereta; la compañía bogotana Escena Independiente Teatro busca recuperar los orígene...

Páginas

lunes, 18 de marzo de 2019

De Artaud al teatro de lo absurdo

Recuperado de ver sitio
De Artaud al teatro de lo absurdo

            A inicios de la década de 1920 se gestaba en París uno de los movimientos artísticos más importantes en la historia del arte. Dicho movimiento se enfoca en la representación del funcionamiento del pensamiento, el ejemplo más concreto es el sueño, pues aquí, el pensamiento, las ideas y las imágenes son libres, aparecen y desaparecen, se yuxtaponen unas con otras y no necesariamente cumplen con un orden o siguen una lógica. En el sueño pueden ocurrir tantas cosas como lo quiera el pensamiento y, el hombre, no puede enseñorearse de él. A este movimiento lo llamaron surrealismo que quiere decir sobre la realidad o por encima de la realidad. Este movimiento tuvo manifestaciones en todas las artes, como lo son la escritura, la poesía, la pintura en mayor medida, la danza, la música, el teatro y el cine. En cada una de estas disciplinas los artistas europeos empezaron a experimentar y a expresar por medio de su arte la manera en la cual funciona el pensamiento. Las obras del surrealismo se caracterizan por una libertad y frescura única que sale de toda lógica y realidad. Antonin Artaud, miembro activo del movimiento desde 1925 y expulsado del mismo tan sólo dos años después por su fundador André Breton, usó varios de los postulados del surrealismo para hacer teatro. Aunque fuera del movimiento, Artaud se caracterizaría por basar sus postulados en el sueño, el pensamiento, el gesto, la metafísica y el ritual, herencia innegable de los surrealistas. En 1947, en el homenaje que el surrealismo hace a Artaud en la conferencia de Vieux-Colombier, Breton se refiere a su colega de la siguiente manera:
I put stop to the experiments Artaud was initiating and decided to assume the editorship of La Révolution surreáliste my self (...) But now (...) I recommended returning to earlier positions - in other words, essentially and above all, that we restore language’s effervescence, as we had done with automatic writing and the sleeping fits - and counting blindly on the eventual results. (Scheer, 2004 p. 13)
De igual manera, Edward Scheer en su libro Antonin Artaud:A critical reader afirma que Artaud es el padre del teatro moderno y que, de igual modo, el estudio de sus obras y su legado es esencial para entender las propuestas más contemporáneas en el cine y las artes escénicas. Le Théâtre et son double has become a bible of modern theater of which all interpretations are necessarily blasphemous, a sacred text at the same time unchangeable and impracticable in its purity” (Scheer, 2004 p. 5). Ahora bien, el legado más importante del escritor francés es El teatro de la crueldad, expuesto en su libro El teatro y su doble, donde el autor expone la visión que tiene sobre el teatro y la manera en la cual debe hacerse y apreciarse, sus postulados son revolucionarios tanto en fondo como en forma, abriendo paso al teatro moderno y varias de sus manifestaciones como lo es El teatro del absurdo, que le debe a Artaud y al surrealismo su estilo y concepción. “(Ionesco): cuando escribo intento impedir que intervenga el pensamiento discursivo o la conciencia diurna, dejo seguir las imágenes tanto como sea posible” (Nuñez, 1982 p. 643). Es así como en el siguiente escrito se va a analizar ¿Cómo el teatro de la crueldad y los postulados hechos por Artaud dan paso al teatro de lo absurdo?
Antonin Artaud publica en 1938 El teatro y su doble y El teatro de la crueldad. Primer manifiesto en el expone la concepción que tiene sobre el teatro, dirigiéndose a lo más puro y primitivo, como lo es el rito, el gesto y el pensamiento, concebidos desde la libertad y la necesidad de expresión y comunicación. De hecho, Artaud compara el proceso creativo con el caos, como un choque cósmico de estrellas o la erupción de un volcán, un proceso que tiene la necesidad y la obligación de salir sin importar todo lo que cause a su paso. Es un proceso violento y brutal, donde el creador destruye lo ya establecido para empezar a crear algo nuevo que se remita a lo más puro de la naturaleza.
En primera instancia, Artaud habla sobre el teatro y la cultura, analiza la manera en la cual el teatro se desliga de la cultura primitiva y de sus orígenes pues, se han puesto muchas reglas y conceptos que limitan el arte creador. Para Artaud la vida surge del caos y, como el teatro es la representación de la vida, debe serle fiel desligándose de todo concepto que limite la espontaneidad y el libre flujo de la creación. “Toda cultura verdadera se apoya en los medios bárbaros y primitivos del totemismo, cuya vida salvaje, es decir, enteramente espontánea, yo quiero adorar” (Artaud, 2006 p. 11). De igual manera, a causa de preservar esa idea pura del teatro, Artaud concibe que el teatro debe ser como una epidemia, algo que se expande sin límite y sin cura en toda la sociedad, donde el espectador debe estar infectado por un germen creativo que lo haga ser parte de la obra y, al igual que los actores, pueda ser parte de un proceso que da a luz un espectáculo único e irrepetible. “Al pasar al plano del teatro, se descargue así mismo en la sensibilidad del espectador con toda la fuerza de una epidemia” (Artaud, 2006 p. 27), pues de acuerdo a Artaud, la epidemia es un acto de purificación extrema pues sólo termina con la muerte y así, el actor y el espectador en uno solo, puedan ascender a un plano superior, a un plano de creación sublime. Ahora bien, ¿Habla Artaud de suicidios masivos y un derroche de sangre en el escenario? De ninguna manera, la muerte de Artaud es simbólica y pasa a un plano metafísico, es decir, trasciende el plano físico y terrenal en el cual, tanto actores como espectadores puedan adquirir una nueva conciencia en el plano teatral. En 1931 Artaud descubrió en la Exposición Colonial de París el teatro balinés y, experimenta con sus danzas, gestos, objetos e indumentaria ritualista el estado metafísico del ser humano, pues con el teatro balinés, Artaud va en una búsqueda por las raíces del teatro y su expresión más pura. Es así como surge El teatro de la crueldad. Primer manifiesto, en el cual el autor expone lo qué es el teatro, cómo se hace y cómo se aprecia, generando una ruptura total con la estructura aristotélica y el teatro clásico. Pues para Artaud el teatro debe desligarse del texto, de sus decorados y de su manera de producirse, por ejemplo, “las obras del teatro isabelino, despojadas de su texto, y conservando sólo el atavío de época, las situaciones, los personajes y la acción” (Artaud, 2006 p. 113). Para Artaud, el texto limita el espectáculo teatral pues obliga al actor a generar repeticiones innecesarias y ficticias que hacen perder el sentido ritualista del teatro “Artaud wanted to erase repetition in general” (Scheer, 2004 p. 41). Por otra parte, el autor propone eliminar la escena y sólo conservar la acción, es decir, el espectáculo parte de la acción principal y lo que ocurra de ahí en adelante, es parte de la relación entre el actor, el espectador y los objetos que giran en torno a la acción.
Suprimimos la escena y la sala y los reemplazamos por un lugar único, sin tabique ni obstáculos de ninguna clase, y que será el teatro mismo de la acción. Se restablecerá una comunicación directa entre el espectador y el espectáculo, entre el actor y el espectador. (Artaud, 2006 p. 109)
Además, el teatro está en función del espectador y es él quien interviene de manera activa en el momento de ceación “In the theater of cruelty the spectator is in the centre and the spectacle surrounds him” (Scheer, 2004 p. 40). Finalmente, Artaud habla de un vestuario ritualista, necesario y puro como el traje de los bailarines del teatro balinés o los sacerdotes de algún servicio, pues sus ropas son el fruto de una búsqueda sobrenaural, para pasar a un decorado excéntrico, donde el espectador sea capaz de usarlos y sean capaces de generar imágenes poéticas y subrayen el aspecto de la expresión “Maniquíes, máscaras enormes, objetos de proporciones singulares aparecerán con la misma importancia que las imágenes verbales” (Artaud, 2006 p. 110).
En consecuencia, los postulados de Artaud y su teatro de la crueldad, junto con las vanguardias y, en especial el surrealismo, surge en la década de 1940 el teatro del absurdo, como teatro reaccionario a todos los aires políticos, bélicos y vanguardistas de la Europa de inicios del siglo XX. El teatro del absurdo al igual que el surrealismo y Artaud, toma la liberación del pensamiento y la conciencia, para volver al sueño y dejar que las imágenes que aparecen en el inconsciente generan una sensación. “Una obra de teatro, dice Ionesco, es una construcción constituida por una serie de estados de conciencia, o de situaciones que se intensifican o se des intensifican (…) para acabar en una confusión insostenible” (Nuñez, 1982 p. 633). Por lo cual, al igual que Artaud el teatro del absurdo toma los estudios freudianos la conciencia y los sueños para entender cómo funciona el pensamiento y por ende, como funciona el hombre y las sociedades. El teatro del absurdo toma como herramienta la acción repetitiva por medio de imágenes poéticas que transmiten una sensación y que, depende del espectador darle una interpretación, además toma de Artaud el proceso creativo libre, fuerte, salvaje, caótico y violento. “Es simplemente fuerza en intensidad y acción pura, variación cualitativa constante y poder de metamorfosis” (Nuñez, 1982 p. 638) Por ejemplo, en Esperando a Godot llama mucho la atención la imagen de Pozzo usando a Lucky como un caballo, el suceso está lleno de violencia por el trato que existe entre amo y sirviente. De igual manera, el teatro del absurdo al igual que Artaud, le resta importancia al texto para sustraer la acción poética y resaltar el suceso, además, el teatro del absurdo también genera una relación estrecha con los objetos pues, son estos los que generan sensaciones e imágenes en el espectador. Es así como a manera de conclusión se puede afirmar que Artaud abre paso al teatro del absurdo. Cabe aclarar que todos estos movimientos artísticos son producto de una inconformidad y un deseo comunicativo en el cual, las herramientas anteriores (o el teatro como se concebía anteriormente) no bastan para expresar con fidelidad el mensaje que se quiere transmitir.
Ahora bien, después de realizar una breve recopilación de los postulados de Artaud y el teatro del absurdo surge la siguiente pregunta ¿El teatro del absurdo y de la crueldad son un “momento” de desorden, descontrol, que raye en lo performático, estrambótico y excéntrico? En la opinión de quien escribe, no es válido juzgar la propuesta de un artista desde lo que se acepta o no en la actualidad; si bien el teatro de Artaud es un suceso único e irrepetible, se debe aclarar que Artaud buscaba la esencia más pura del teatro, la relación más íntima entre el espectador y el actor, dejar a un lado la concepción vanidosa y rígida del teatro clásico e isabelino y llegar a una relación real y viva con el arte, que no sea una cosa fría y alejada del hombre; por lo contrario, debe ser un suceso real e intangible que sobrepase los límites de la realidad y lo terrenal. Lo extraordinario en Artaud, es ésa necesidad de llevar al teatro a un plano metafísico y superior; ésa necesidad de liberar el pensamiento y dejar que el acto creativo fluya de manera espontánea y libre, sin ningún tipo de ataduras y convencionalismos que el teatro europeo de la época estaba acostumbrado a hacer. Por lo cual, partiendo del punto de vista anterior no se puede juzgar la obra de Artaud desde un sólo punto de vista, pues para él mismo, el teatro de la crueldad fue un proceso duro y carnal que, al igual que la palabra, fue una búsqueda cruel que le costó la misma vida. Para Edward Scheer es imposible desligar la obra del artista con su vida personal y, en el caso de Artaud, toda su obra es producto de sus experiencias personales, metafísicas y extrasensoriales que atravesó con el teatro balinés, su viaje a la comunidad indígena de tarahumaras en México en 1936 y su salud afectada por el vaivén de trastornos mentales. La búsqueda de Artaud involucró su propia vida y, para los tiempos de hoy, es difícil llegar a la concepción original de ese teatro cruel propuesto por Artaud “There’s no theater in the world today which fulfils Artaud’s desire” (Scheer, 2004 p. 43).
De la misma manera, el teatro del absurdo se levanta como un abanderado del legado surrealista de las vanguardias y, sobretodo, del teatro de la crueldad propuesto por Artaud, pues ambos convergen en la creación de imágenes poéticas que suscitan pensamientos y sensaciones que pueden sobrepasar el plano sensorial que, en muchos casos carece de toda lógica, razón y orden natural, pues lo que buscan es transmitir una sensación que, tanto para Artaud como para Ionesco, puede ser interpretada libremente por el espectador. Es decir, son los autores quienes ponen las imágenes que transmiten una sensación, depende del espectador su interpretación y el mensaje que le quiera asignar. Además, el teatro de la crueldad y el teatro del absurdo convergen en la necesidad de ir más allá, de no permanecer en el lugar seguro de la interpretación; sino ir por más, es decir, generar una amalgama no antes creada entre el espectador y el actor para crear el espectáculo por medio de las sensaciones y las imágenes poéticas.
Finalmente, se puede decir que Artaud es el padre del teatro moderno y de sus posteriores manifestaciones, pues aunque como bien dice Edward Scheer “Ningún teatro en el mundo hoy cumple con los deseos y expectativas de Artaud” (Scheer, 2004 p. 43), si es posible decir que Artaud está en todos los teatros del mundo en alguna manera, pues sus postulados y manifiestos le abrieron paso al teatro del absurdo de Ionesco y Beckett, que a su vez, nutrieron a Thadeuz Kantor y su Happening de la década de 1980 y le dieron lugar al Performance. Todos los movimientos con el germen creativo de Artaud donde prima el arte vivo y la acción poética donde surge la vida.

Bibliografía

Artaud, Antonin. “El teatro de la crueldad. Primer manifiesto”. El teatro y su doble. México: DeBolsillo, 2006.
Artaud, Antonin. El teatro y su doble. México: DeBolsillo, 2006.
Nuñez, Rafael. “El Teatro del Absurdo como subgénero dramático”. Separata en Archivum, Revista de la Facultad de Filología. 14 pp. Oviedo, 1981-1982.
Sánchez, José, ed. La escena moderna: manifiestos y textos sobre teatro de la época de las vanguardias. Madrid: Ediciones Akal, 1999.
Scheer, Edward, ed. Antonin Artaud: A critical reader. Londres: Routledge, 2004.


Leer y El teatro y su doble. Click aquí


Ver más escritos click aquí 

0 comentarios:

Publicar un comentario