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Autor: Eugéne Ionesco
Género: Teatro / Absurdo
Ano: 1952
País: Francia
Idioma: Francés
¿Quién
es la cantante calva que se peina todos los días?
Cuando
el 11 de mayo de 1950 en el cabaret parisino Théâtre des Noctambules los
asistentes a La cantante calva reclamaban
su dinero entre burlas y quejas piden ver por lo que pagaron, una cantante
calva, Nicolas Bataille, director de la obra afirma que las cosas se salieron
un poco de control, ¿Coincidencia? Es mejor analizar una de las críticas de uno
de los asistentes al espectáculo. Para el escritor francés Jaques Lemarchand el
teatro de Ionesco se trata de todo menos de lo que él dice, por ejemplo, su obra
La lección habla de todo, menos de
una lección; sin embargo, cuando el público pide ver una cantante calva ¿qué es
lo que va a recibir? ¿Un rinoceronte? Pues bien, es necesario saber que el
componente de Ionesco en todas sus obras es un factor sorpresa que promete la
llegada de un suceso, cuando en realidad no llega nada. Es como si en la
envoltura de un cereal dijera “Con sabor a fresa” y dentro del empaque hubiera
arena. ¿Engaño? ¿Burla? Es muy apresurado pensar que el escritor nos engaña,
por ahora, es mejor pensar que hay un malentendido.
Cuando
el público parisino pagó por ver una supuesta cantante calva en un cabaret, el
público se encuentra con una pareja “muy inglesa”, los Smith, que hablan de
cosas triviales como la cena y un personaje llamado Bobby Watson, cuya familia
tiene su mismo nombre y todos están emparentados entre sí. Luego, tras una
conversación “muy inglesa” llegan los Martin, quienes aparentemente estaban
invitados a cenar; pero llegaron cuatro horas tarde. Los Martín, también son “muy
ingleses”, no tanto como los Smith y con discusiones similares, por ejemplo,
los Martin aunque parecen ser esposo y esposa, no lo son, aunque han viajo
juntos desde Manchester a Londres en el mismo tren, y viven en la misma calle y
el mismo piso número 8 y comparten el mismo edredón verde, no son esposos. Aun
así, el público sigue esperando a una cantante calva.
Alguien
llama a la puerta de los Smith, y algún ingenuo, pensando que es la cantante
calva, se da cuenta que es un bombero que conoce a la sirvienta de los Smith,
Mary y que hablan sobre fuego y anécdotas sin sentido. Durante toda la obra,
cuando parece que por fin va a aparecer eso por lo que el público pagó, no
llega nada. Sólo una pequeña mención “- El bombero: A propósito, ¿y la cantante
calva? Silencio general, incomodidad -
Sr. Smith: Sigue peinándose de la misma manera” (Ionesco, 2007 p. 72)
De
acuerdo a Jaques Lemarchand, asistente a la función, aunque el público nunca
vio la cantante calva y pidió su dinero, entre acto y acto, la obra lograba
sacar algunas risas de en medio del público, y al final, algunos menos
molestos, dijeron que no entendieron nada; pero estuvo la obra muy divertida.
Ahora
bien, ¿Qué fue lo que causó ese efecto en los asistentes a la obra y qué dijo
Ionesco al respecto? Para Ionesco no fue una sorpresa la reacción de los
asistentes, el mismo decía que “Para mí ir al teatro significaba ir a ver
gente, aparentemente seria, haciendo un espectáculo de ellos mismos” (Esslin,
1966 p. 105) Es decir, el teatro sólo representaba la realidad de la sociedad
haciendo un espectáculo para la misma sociedad. Los asistentes, al no saciar
sus ansias de morbo con el espectáculo de una mujer calva y, por lo contrario,
escuchar discusiones sin sentido arremeten contra el espectáculo; pero era
precisamente eso a lo que quería llegar Ionesco, mostrar la tragedia del
lenguaje, pues desde su concepción el lenguaje entre los seres humanos de la
posguerra era imposible, sus conversaciones y maneras de pensar habían perdido
toda coherencia, hablaban cosas sin sentido y a nadie parecía importarle. Es
así, como los Smith y los Martin son sólo una muestra de lo absurda y banal que
se ha convertido la sociedad, un “despropósito” de la realidad.
Sin
embargo, después de la primera función y la poca aceptación del público,
algunos estudiosos y literatos de la época como Jaques Lemarchand y Kenneth
Tynan, exaltan la obra de Ionesco y afirman que, a diferencia del teatro
realista convencional, Ionesco propone un anti
teatro “Un teatro de aventura[,] ilógico[,] irracional[,] poético y
burlesco. Viola las reglas de juego; pero es lo contrario a un teatro tramposo”
(Ionesco, 2007 p. 13) Cuando Lemarchand dice que “viola las reglas de juego,
pero es lo contrario a un teatro tramposo”, afirma que el teatro realista
convencional tiene una fórmula para congraciarse con el público y, como todos
los tramposos conoce la ley para manipularla a su antojo, pero el teatro de
Ionesco rompe con la convención del teatro realista y usa el teatro para
manifestar el malestar existente en el lenguaje. Por otra parte, Kenneth Tynan
afirma que Ionesco es el nuevo mesías de
la escritura y que sus obras son la puerta de entrada al teatro del futuro; sin
embargo “El peligro surge en el momento en que se le considera como un camino
general a seguir (…) del cual serán borradas las herejías humanistas de la fe
en la lógica y en el hombre” (Esslin, 1966 p. 97) Pues si bien, el teatro de la
posguerra debe mostrar el malestar existente en la humanidad, tampoco debe
perder la fe en la lógica del hombre y sus comportamientos. A estos
pronunciamientos Ionesco afirma que su literatura dista de convertirse en un
camino o que él sea la figura de un mesías,
pues después de 1945 el mesías había
dejado de existir, y si existía, se había olvidado de Europa.
Con La cantante calva, aparte de mostrar la
imposibilidad en la comunicación, muestra la futilidad de la vida y en las
relaciones humanas. Por ejemplo, cuando los Martin hablan sobre si se conocen
el uno al otro o si son esposos, el lector/espectador pensaría en un principio
que el hecho es obvio, pues su vínculo matrimonial está cimentado en la idea de
que ambos tienen una hija con un ojo blanco y otro rojo, aun así, lo gracioso
es saber por parte de la sirvienta Mary que no son esposos por el mismo hecho
“Pero en tanto que la hija de Donald tiene el ojo blanco a la derecha y el rojo
a la izquierda, la hija de Isabel tiene el ojo blanco a la izquierda y el rojo
a la derecha”(Ionesco, 2007 p. 13) Sin embargo, no interesa si son o no son
esposos, lo que interesa es el sentimiento de abandono en el cual han caído las
relaciones y el desinterés absoluto por la familia. Con sucesos como esto se
puede decir que en Ionesco no importa el sentido sino la sensación, ya que el
sentido de la comunicación se ha perdido, lo importante ahora es saber lo que
genera obra, siendo esta la prueba de lo que ocurrió a los asistentes de la premiere, analizaron desde la razón una
obra que carece de sentido.
Por
otra parte, si La cantante calva es
un reflejo del problema del lenguaje en la sociedad, se podría decir que la obra hace parte de un realismo social.
Ionesco dice que una de las barreras existentes entre los humanos surge a causa
de la sociedad, pues las guerras, la injusticia, las desigualdades y la pobreza
vienen a causa de la sociedad y sus reglas absurdas que separan a unos humanos
de otros y los clasifican según su género, color de piel, creencias religiosas
y poder económico. “De aquí la necesidad de romper con el lenguaje de la
sociedad, el cual no es más que clichés, fórmulas vacías y slogans” (Esslin,
1966 p. 98) De igual manera, de acuerdo a Ionesco su obra manifiesta los
temores y pesadillas de sí mismo y por ende, si él es capaz de descubrir sus
miedos, muchos otros podrán descubrir sus miedos a través de su obra, muchos de
esos miedos que no pueden ser expresados por palabras, pero que si pueden
transmitir una sensación, de acuerdo al mismo Ionesco algunas veces se logra
otras veces no.
“Para
descubrir el problema fundamental que afecta a toda la humanidad, me debo
preguntar a mí mismo cual es mi problema fundamental (…) Estoy seguro que
entonces descubriré los temores y problemas de casi todos (…) Una obra de arte
es expresión de una realidad incomunicable que uno trata de comunicar y que, a
veces, puede ser comunicada. Esta es su paradoja y su verdad” (Esslin, 1966 p.
98-99)
Por lo cual, si se piensa en un
principio que el buen Ionesco timó y engañó a su público parisino, la respuesta
es que les mostró su realidad, esa oscura y terrible realidad, como dice
Nicolai Gógol “No culpes al espejo por tu cara deforme”, en lo que se ha
convertido el mundo de verdad aterra a todos. De igual manera, si se va a
comprar cereal y fresa y dentro de su caja hay arena, no hay que culpar a la
fábrica, la arena es el nuevo cereal de fresa y, le guste a quien le guste, esa
es la realidad.
Entonces, si alguien se pregunta
¿Dónde está la cantante calva? Una posible respuesta es enfrente de ustedes,
pues la cantante calva que se peina todos los días es el mismo absurdo de una
sociedad que habla, pero que no se comunica, que ve pero no observa que es y a
la vez no. Es así como después de leer a Ionesco y a Martin Esslin, quien
escribe puede decir “¿Quieres ver un espectáculo de verdad? – ¡Mírense ustedes
mismos!”
Bibliografía
Ionesco, E. (2007). Teatro: La
cantante calva, Jacobo o la sumisión, El porvenir está en los huevos. Buenos
Aires: Editorial Losada.
Esslin, M. (1966). El teatro del
absurdo. Barcelona: Editorial Seix Barral.
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