Titulo original: The Birthday Party
Autor: Harold Pinter
Género: Comedia / Teatro de lo absurdo
Año: 2005
País: Inglaterra
Idioma: inglés
Desnudos en
nuestra habitación
Cuando al dramaturgo inglés Harold
Pinter le preguntaron la razón por qué sus personajes no profundizaban en ideas
políticas o sociales, él respondió “ [Me ocupo de mis personajes] hasta el
límite extremo de sus vidas, en donde ellos viven casi solo, es decir, en el
momento que están de vuelta a sus habitaciones , enfrentados con el problema
básico del ser” (Esslin, 1966 p. 230). Harold Pinter incursiona en el mundo de
lo absurdo con su obra “La habitación”, donde explora con el carácter de una
anciana sobreprotectora y maternal llamada Rose que atiende a su inerte marido
Bert. Esta primera obra es fundamental para el dramaturgo, pues le daría paso a
“La fiesta de cumpleaños”, obra en tres actos que cuenta la vida de una anciana
Meg, dueña de una pensión en una casa cerca al mar. Meg, al igual que Rose,
presenta una exagerada necesidad por complacer a su esposo Petey, siendo este
mucho más aletargado que Bert. En su pensión se encuentra un único residente,
Stanley, un hombre con un poco más de treinta años que ha hecho de esta casa su
nuevo hogar. La obra se desarrolla en la sala de la pensión, cuando el día de
cumpleaños de Stanley, llegan dos visitantes, Goldberg y McCann quienes
organizan una fiesta de cumpleaños para Stanley, quien asegura que ese día no es
su cumpleaños.
Harold
Pinter usa la vida de estos personajes para interiorizar en la esencia del ser
humano y, expresar a través de situaciones cotidianas lo absurdo y fútil que
pueden llegar a ser los comportamientos de la personas, y para esto es importante
estudiarlos en su condición más vulnerable, cuando están sólos en la intimidad
de sus hogares, donde pueden ser ellos mismos y pueden indagar dentro de sí.
Por lo cual en el siguiente escrito se va enfocado a explicar ¿Cómo el
comportamiento cotidiano se convierte en absurdo cuando la persona se encuentra
en la intimidad de su hogar usando la obra “La fiesta de cumpleaños”?
La obra
comienza con el desayuno de Petey servido por su esposa Meg en la sala, donde
Meg se muestra muy inquieta por saber cómo se encuentran sus cornflakes con leche o su pan tostado,
además es maternal y sobreprotectora con su esposo, cuidando cada detalle a la
hora de servir. Al igual que Beckett y Ionesco, Harold Pinter expone el
problema del lenguaje, donde una pregunta ya no importa porque su respuesta
carece de sentido.
Meg: I
thought they’d be nice (She sits at the
table) You got your paper?
Petey:
Yes
Meg:
Is it good?
Petey:
Not bad.
Meg:
What does it say?
Petey:
Nothing much.
Meg:
You read me out some nice bits yesterday (Pinter, 1961 p. 9-10)
No hace falta ser un genio para
saber que hay un problema de comunicación, donde ni siquiera se sabe si se dice
lo que hay que decir, o se dice otra cosa. La propuesta de Pinter es que en la
actualidad, eso ni siquiera importa, y lo más gracioso es que, a quien
interpela, tampoco le importa la falta de interés de su interlocutor, es como
si ella no escuchara.
Avanzando
en el acto se presenta el personaje de Stanley, un señor de treinta y tantos que, aparentemente es
pianista y que solía tocar grandes conciertos en el muelle, cerca a la pensión;
vive con Meg y Petey hace más de un año y en todo ese tiempo nunca ha salido de
la casa. Cuando Lulu, una chica que va a dejar un objeto macizo a la casa, lo
invita a salir, él dice que el mejor lugar para ir es ninguno, y que sólo a ése
lugar se dispondrá a salir con su acompañante.
Stanley:
Nowhere. Still, we could go
Lulu:
But where could we go?
Stanley:
Nowhere. There’s nowhere to go. SO we could just go. It wouldn’t matter (Pinter,
1961 p. 27). Para
Martin Esslin, el problema de que Stanley no quiera salir de la casa o busque
ir a ningún lugar, es porque el mundo exterior le aterra, los desconocidos le
aterran, y es en esa pensión, donde se podría decir que “no lo conocen”, lejos
de todo el mundo, es donde él ha encontrado refugio. “Stanley sueña con una gira por el mundo.
Pero resulta claro que está protegido contra un mundo hostil en el sórdido
asilo de Meg” (Esslin, 1966 p. 218). Para el final del primer acto, llegan dos nuevos inquilinos
Goldberg y McCann que junto a Meg van a organizar una fiesta de cumpleaños para
el pianista. Con la llegada de estos inquilinos, Stanley se mantiene alerta, se
muestra incómodo y le causan fastidio.El lector/espectador puede dilucidar que
Stanley conoce a los hombres y que por eso no quiere que lleguen; sin embargo,
Stanley dice que no puede conocerlos, pues ni siquiera conoce sus nombres y de
seguro nunca los ha visto.
En el
segundo acto, ya con los nuevos inquilinos Stanley se muestra asustado, como un
conejillo de indias acorralado que suplica que se vayan rápido del lugar.
“Stanley: Staying here long?” (Pinter, 1961 p. 40). Pues por alguna extraña
razón, ya que no es claro para el lector, los dos hombres conocen de algún
lugar a Stanley y buscan llevárselo, además de encararlo con un fuerte
interrogatorio sin sentido que raya en lo violento y podría pasar a lo brutal.
Partiendo de este hecho, es pertinente decir que la obra tiene cierto aire
misterioso y terrorífico, pues Pinter es capaz de generar cierta tensión entre
los personajes, donde al parecer, ninguno se da cuenta de lo que está pasando;
pero sin embargo, obran de acuerdo a su voluntad.
Para el
tercer acto, Meg sigue como la buena anfitriona que espera dar una buena
fiesta; pero no se ha dado cuenta que su inquilino Stanley ha sido llevado por
Goldberg y McCan en un auto negro.
Meg: The
car’s gone.
Petey:
Yes.
Meg:
Have the gone?
Petey:
Yes.
(...)
Meg: Oh. Pause. It was a lovely party. I haven’t
laughed so much for years. We had dancing and singing. And games. You should
have been there. (...)
I was the belle of the ball (...) I know I was. (Pinter, 1961 p. 90-91)
Ahora bien, se puede afirmar que la
obra es una consecuencia del estado del hombre por la reprensión y la
repetibilidad, es deicr, Meg obra como la perfecta
ama de casa, un poco parecida a Winey
de “Días felices” de Samuel Beckett, hay cierto aspecto perturbador en el
personaje por intentar obrar de manera perfecta, como si no se diera cuenta que
es lo que ocurre a su alrededor, ya que nadie es perfecto. Además, la
repetición de un lenguaje sin sentido y una retórica que no lleva al ser humano
a ningún lugar.
Por otra parte, de acuerdo a Martin
Esslin, la obra es “Una alegoría de la muerte - el hombre arrebatado del hogar
que se ha construido él mismo” (Esslin, 1966 p. 219). Esto, con la teoría de
que el hombre no puede ser, pues el personaje de Stanley ha encontrado refugio
del mundo exterior por más de un año en una acogedora pensión cerca al mar;
pero es rapado por un par de desconocidos que le ponen entre paradojas como
¿Qué fue primero?. Es así como uno se pregunta ¿Acaso el hombre moderno no
puede ser en la sociedad actual? De acuerdo a la obra, el hombre moderno está
regido por una serie de comportamientos absurdos, con serios problemas en el
lenguaje y con una necesidad insatisfecha por ser. Por lo cual, Pinter
manifiesta en sus obras lo absurda que es la vida, no como un suceso fatalista;
sino como un suceso que muestra una realidad carente de sentido, ya que la
misma cotidianidad lo ha perdido. “Si la vida en nuestra época es básicamente
absurda, cualquier representación dramática de la misma que presente soluciones
(...) contiene forzosamente un elemento de hipersensibilidad, expurgada y
estilizada, puede pretender ser comprensible” (Esslin, 1966 p. 231)
1945 le dejó un mensaje muy claro al
mundo “Ningún lugar es seguro”, esto lo entiende muy bien Stanley, y si uno no
puede estar seguro ni en la comodidad de su casa, mucho menos va a poder
desarrollarse desde ahí. “La fiesta de cumpleaños” muestra cómo el hombre no
puede ser, pues si uno no puede estar a salvo en su propio hogar, ¿Dónde más va
a ser?
Bibliografía
Pinter,
Harold. The Birthday Party and The Room, Two Plays by. New York, Grove Press,
Inc, 1961
Esslin, Martin. El Teatro Del
Absurdo. Barcelona, Editorial Seix Barral, 1966.
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