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lunes, 18 de marzo de 2019

El esperpento de Valle-Inclán



Desde Aristóteles hasta Valle-Inclán

            Ramón del Valle-Inclán es uno de los escritores españoles más importante del siglo XX en lengua española, y se caracteriza por la creación de personajes esperpénticos que, de acuerdo al mismo Valle-Inclán es la deformación de la realidad del ser humano a través de lo grotesco y lo fanfarronesco. Por ejemplo, si se piensa en la pintura primitista, esos trazos hechos sobre las rocas que representan al hombre y situaciones de su vida cotidiana de una manera salvaje y primitiva, o en la selección de pinturas negras del pintor español Francisco de Goya que representa le deformación de la realidad del hombre por medio de la estética. Siendo estos dos ejemplos la relación visual más cercana de lo que representa el esperpento valleinclanesco. Ahora bien, la creación del esperpento surge de la idea del autor de retratar con palabras la otra realidad de las personas, por ejemplo, es como si se pusiera a alguien enfrente de un espejo cóncavo, el reflejo de ése espejo refleja el esperpento expuesto por el escritor. Su obra es el espejo cóncavo de la sociedad española de siglo XX, mostrado campesinos, herreros, carpinteros, afiladores, brujas, hacendados, militares y políticos envueltos en situaciones de infidelidad, corrupción, brujería, asesinatos atroces y que, de acuerdo al autor, presentan movimientos bruscos y repetitivos en sus acotaciones, como los de una marioneta que, en ocasiones salen de toda lógica humana y pensamiento común. De hecho, Ramón del Valle-Inclán escribe muchas de sus piezas teatrales para que sean representadas por marionetas, pues son ellas las que con sus movimientos pueden representar con fidelidad la visión del escritor sobre su puesta en escena. Las piezas teatrales escritas por Valle-Inclán tiene cierta similitud con el teatro del absurdo, por algunas de sus acotaciones puestas en sus obras que carecen de sentido lógico y razón; sin embargo, una de sus principales diferencias es que las obras de Valle-Inclán no rompen con la estructura aristotélica de inicio, desarrollo y final y, al igual que Aristóteles, lo esperpéntico en las obras de Valle-Inclán, aparte de su estética, son sus historias, los hechos y la fábula, el conflicto expuesto por Valle-Inclán ya es esperpéntico. Por lo cual, en el siguiente escrito se busca encontrar la respuesta a la pregunta ¿Cómo Ramón del Valle-Inclán en “Los cuernos de Don Friolera” da paso al teatro del absurdo sin romper con la estructura aristotélica?
En primer lugar, para entrar a hablar de Valle-Inclán y su esperpento es necesario definirlo. Se podría definir el esperpento como la deformación de la realidad y la sociedad, mostrándola de una manera fanfarronesco. El autor muestra una realidad alterna y grotesca que parte de la estética y el conflicto. En la obra “Los cuernos de don Friolera” los personajes se muestran feos y desaliñados, no sólo físicamente, sino que esa fealdad exterior es producto de lo desaliñado y grotesco de su interior. De igual modo, Valle-Inclán ve a sus personajes desde arriba, como pequeños enanos esperpénticos, o como marionetas. El esperpento es la deformación de los valores y la realidad, que se refleja en lo externo. De igual modo, Amalia Iriarte toma "Los cuernos de don Friolera" para definir el esperpento como la otra manera, o la otra realidad. "Esta forma de concebir cl arte Don Manolito se irá perfilando a lo largo del diálogo como la otra manera." (Iriarte, 1998 p. 76)
Además, es importante mencionar que primero fue Ramón de Valle-Inclán antes que Eugene Ionesco y Samuel Beckett en el sentido artístico y literario, pues de alguna manera, aunque ambos pertenezcan al mismo siglo, el teatro del absurdo toma algunas ideas del esperpento expuesto por Valle-Inclán a través de sus marionetas. “Entre la forma y circunstancias del texto, y las enormidades que éste expresa, discrepancias constantes en el diálogo esperpéntico, vecina de lo que muchos años después se denominará TEATRO DEL ABSURDO” (Iriarte, 1998 p. 116). Es decir, el teatro del absurdo toma características del esperpento de Valle-Inclán, por ejemplo, si se analiza a Valadimir y Estragón vestidos como indigentes y royendo huesos  de pollo que les tiran, es similar al Ciego de Gondar, propuesto primeramente por Valle-Inclán, rogando por caridad en el pueblo. Por lo cual, se puede decir que el teatro del absurdo se apoya en Valle-Inclán para exponer sus personajes carentes de razón lógica en situaciones grotescas e incómodas, como la mencionada anteriormente. De igual manera, Amalia Iriarte cita a J. Lyon de la siguiente manera
Much of dramatic effect steams from the deliberte disparity of style and subjet matter, between the burlesque rethotric of the speeches and the horrorific nature of the situation (Iriarte, 1998 p. 116)
Gran parte del efecto dramático proviene de la disparidad de estilo y de la materia del sujeto, entre lo burlesco retórico de los discursos y el carácter horrorífico de la situación
Ahora bien, tanto en teatro del absurdo como Valle-Inclán primeramente, parten de situaciones horroríficas  y poco comunes para exponer sus conflictos, como Ionesco en “La cabeza del rinoceronte” donde todas las personas empiezan a adquirir cabezas de rinocerontes y hay estampidas de rinocerontes en la calle, y también en la pelea de tomates en “Los cuernos de don friolera”.
Por otra parte, una vez analizadas las similitudes entre el esperpento y el teatro del absurdo, cabe mencionar que a diferencia del teatro del absurdo, el teatro de Valle-Inclán no rompe con la estructura aristotélica, pues sus historias tienen un orden lógico y un desarrollo de conflicto. Por ejemplo, en “Los cuernos de don friolera” se expone como conflicto principal y explícito la infidelidad de Doña Loreta con su esposo Don Friolera y, de igual manera, los personajes de Valle-Inclán tienen un propósito y un objetivo dentro de la obra, sus cambios no son repentinos, sino que son la acumulación de sucesos expuestos por el escritor.
Finalmente y a manera de conclusión, se puede decir que el teatro de Valle-Inclán aporta tanto en sus acotaciones como en sus situaciones al teatro del absurdo; sin embargo, el teatro de Valle-Inclán no rompe con la estructura aristotélica; por lo contrario, se apoya en ella para crear conflictos  y personajes que, aunque se salen de una realidad lógica, obran con realidad en el universo expuesto por el escritor.

Bibliografia
Del Valle-Inclán, Ramón María. Los cuernos de Don Friolera. Madrid: Colección Austral, 1930.
Sánchez, José, ed. La escena moderna: manifiestos y textos sobre teatro de la época de las vanguardias. Madrid: Ediciones Akal, 1999.
Iriarte, Amalia. Tragedia de Fantoches: estudio del esperpento valleinclanesco como invención de un lenguaje teatral. Plaza y Janés, 1998.


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