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lunes, 18 de marzo de 2019

El retablo de las maravillas

Autor: Miguel de Cervantes Saavedra
Género: Entremés / Teatro
Año: 1615
País: España

Es verdad que el célebre entremés de Miguel de Cervantes “El retablo de las maravillas” muestra la época, las creencias y las costumbres de la España del siglo de oro, también cabe resaltar que el escritor español pone en este entremés al descubierto lo más profundo y encantador del ser humano, que son personajes reales y complejos capaces de reflejar con exactitud la condición humana de una época determinada y conductas que se repite en la actualidad.
En este entremés son los personajes de Chirinos y Chanfalla los encargados de llevar al lector/espectador a un mundo maravilloso y fantástico que estos pillos y pícaros le ofrecen. En estos dos personajes Cervantes expone lo más natural de la condición humana que es la mentira y el engaño, todo para sacar provecho de crédulos e ingenuos espectadores que lo único que buscan es un poco de entretenimiento. De manera literaria, lo genial en este par de pícaros es que el lector se imagina toda la secuencia de sucesos fantásticos que los personajes narran, desde ver a Sansón hasta ver a un ejército de ratones correr por todo el lugar; pero de manera teatral lo mágico ocurre cuando los actores de verdad hacen ver al público todos esos sucesos fantásticos que narra el texto.
Ahora bien, Cervantes pone en claro que es la estafa el medio de trabajo y subsistencia de los gitanos, pero mejor aún pone al descubierto la ingenuidad de la sociedad española del siglo XV que busca la incesante aceptación por medio de la religión, ya que el juego de Cervantes arranca cuando Chirinos y Chanfalla dicen que sólo aquellos que son cristianos de corazón y que no poseen sangre judía pueden ver todas las maravillas que estos personajes cuentan, y es por esta condición que todo los espectadores caen redondos en los engaños de Chanfalla. Aquí, Cervantes juega con la mente de los espectadores y se ríe y critica la ingenuidad y credulidad de la sociedad, pues es claro que el retablo no es más que un escenario vacío que, mas sin embargo, es el lector/espectador quien llena todo esto con su imaginación. Lo más interesante de la obra es ver el juego que hace Cervantes entre la realidad y la mentira presentada por los pícaros, pues aunque todo lo que ellos dicen es mentira, al final un oficial aparece para coincidir con la representación de Chirinos y Chanfalla.

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