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miércoles, 5 de julio de 2017

ENSAYO SOBRE CÓMO HACER UN ENSAYO

Muchas veces se ha usado la metáfora acerca de cómo un ratón es puesto en medio de un laberinto para encontrar un pedazo de queso. Se supone que el roedor tiene que encontrar la salida por medio del olfato, pues el olor que emana el queso es lo que le dará salida a nuestro ratón de laboratorio.
En la vida académica de un estudiante promedio es común que se le pida elaborar documentos escritos, investigaciones, resúmenes, reseñas, comentarios, en fin, la vida académica de un estudiante promedio está diseñada para que aprenda a leer y a escribir (de manera promedio claro está, pues el arte de leer y escribir aunque en algunas ocasiones parezca sencillo, es un poco más complicado de lo que se piensa).
Vamos a suponer que Juanito es nuestro ratón de laboratorio, y lo pondremos en el laberinto de la producción de textos escritos, y nuestro delicioso queso va a ser la elaboración de un ensayo. Es de suponerse que Juanito va a encontrar el queso por el olfato, pero antes de llegar a la salida puede estrellarse con algunas paredes y algunos caminos sin salida. Esperemos que Juanito encuentre su queso.
A lo largo de la vida académica de Juanito se le ha pedido realizar diferentes tipos de materiales escritos aunque, cada uno tiene un nombre diferente, ya sea, ensayo, reseña, resumen, comentario, opinión personal, trabajo académico, entre otros, Juanito elabora cada escrito sin percatarse de la diferencia que tiene uno de otro, y en ocasiones suele confundir un ensayo, con un comentario u opinión personal (que aunque son similares, no son la misma cosa). También le parecen lo mismo una reseña que un resumen, y, un trabajo académico no se diferencia en mucho de una investigación. Juanito está en problemas, pero lo que nos interesa en este instante es que Juanito pueda elaborar de manera correcta un ensayo; no partiendo de que hacer un ensayo es lo mismo que hacer un pastel de pollo, donde primero alistamos los ingredientes, luego los mezclamos todos y los ponemos en un determinado tiempo de cocción, así no debería hacerse un ensayo, sobretodo porque un ensayo es texto que mezcla lo científico con lo artístico y es como un río que toma su curso libremente, chocando contra rocas, inundando valles, recorriendo colinas para finalmente llegar al mar.
Nuestro ratón o Juanito inician su recorrido en el laberinto.
El estrellarse con algunas clases de escritos mientras se intenta elaborar un ensayo es común en casi todos los estudiantes que no están seguros acerca de cómo elaborar uno. Supongamos que debemos hacer un ensayo acerca de un libro en particular, “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. Lo que un estudiante normal haría es empezar hablando acerca de las dos familias protagonistas de la tragedia, algo así como los buenos y los no tan buenos, luego hablaría de cómo se desarrolla el conflicto y cómo termina esta tragedia, de cuando en cuando, colocaría su opinión
personal acerca de lo que los personajes hacen y acerca de la trama del libro. Error. Primera pared del laberinto. Este ejercicio anterior es más un resumen, pues habla de las generalidades de los acontecimientos del libro con vagos toques de reseña (por lo de la opinión personal). Si deseamos hacer un ensayo acerca de un libro cualquiera o tema en particular, lo que debemos tener en cuenta es proponer una tesis, un razonamiento o conclusión que tengamos acerca del tema que vamos a desarrollar, en el caso de “Romeo y Julieta” la tesis podría ser Los amores idílicos nunca triunfan, y junto con la tesis debe ir una hipótesis, que es una suposición sin pruebas que deseamos comprobar, para nuestro caso en particular podría ser Romeo y Julieta no estaban destinados a estar juntos porque sus familias son enemigas entre sí. Tanto la tesis como la hipótesis deben plantearse de manera abierta y explicita para que el lector pueda entender desde un comienzo cual es el tema que se está debatiendo y que puntos de ese tema se desea desarrollar y divagar. Si nos quedamos en la mera descripción del libro o del tema, no estamos haciendo un ensayo.
Para continuar con ejemplos para encontrar el camino hacia el ensayo, se me ocurre el libro “La Hojarasca” de Gabriel García Marquez, aunque puede ser cualquier otro. A diferencia del ejemplo anterior empezamos hablando acerca del libro, por ejemplo, la manera literaria en que está escrito, los recursos poéticos que el autor utiliza, el género del libro y la manera en la cual están creados los personajes. Después de esto hablamos de lo que nos pareció el libro y argumentamos un poco acerca de porque creemos que fue bueno o malo el libro. ¿Esto podría ser un ensayo? Si seguimos los pasos anteriores no, pues un ensayo es un escrito en el cual se puede escribir libremente varios puntos de vista donde muchas cosas pueden pasar en el transcurso de su escritura. Además, como también lo dijimos no hay una receta exacta para hacer un ensayo. Lo que hicimos anteriormente puede ser catalogado como una reseña, un poco más que un resumen pero menos que un ensayo, pues aunque coloquemos nuestra opinión personal y debatamos algunos puntos del libro o del tema, no tenemos una tesis o un punto de partida. Con este ejemplo podemos corroborar que la tesis y la hipótesis son fundamentales en el desarrollo del ensayo, pues sin ellas, aunque debatamos y opinemos y divagamos, no llegaremos a ningún punto en específico por la sencilla razón de que no partimos de ninguno. Segunda pared superada, hay que seguir.
Aunque los escritos anteriores no son catalogados como ensayos, sus escritos y formas literarias hacen parte de la elaboración de uno, pues tanto el resumen como la reseña pueden ser usados en un ensayo, pero aun así falta más.
En el caso que tengamos que realizar un ensayo sobre un tema en concreto, ejemplo, “El Calentamiento Global” es común hablar de cifras y poner elementos bibliográficos en el texto, hablar de acontecimientos concretos que ya sucedieron y las consecuencias que estos traen, pero además de esto se deben tocar puntos álgidos de debate, de cuestionamiento, de poner en el texto varios puntos a favor y en contra, y a medida que se desarrolle el texto ir llegando a una conclusión o no llegar a ninguna, esta podría ser la parte final del ensayo.
Si el ratón ya conoce el camino de cómo llegar al queso, no hay gracia en ponerlo en el laberinto. Es absurdo. Lo mismo ocurre en un ensayo. Un ensayo es a veces como las cajas de cereal que traen una sorpresa adentro, uno debe comerse todo el cereal para encontrar el premio. Si en un ensayo ya tenemos la respuesta dada o ya tenemos una idea preconcebida de lo que es la conclusión, ¿para qué hacemos un ensayo? ¿Acaso no lo hacemos para descubrir algo, para encontrar algo? Lo hacemos por la razón de encontrar una posible respuesta, o encontrar una incógnita más grande a la planteada en un inicio. Al momento de escribir un ensayo se trata de divagar, de aportar o de cuestionar lo ya propuesto, pues si no hacemos esto, nuestro texto va a quedarse en un simple escrito, resumen, reseña, o trabajo escrito.
De la manera como el ratón busca el queso en el laberinto, es la manera en la cual el autor escribe un ensayo, intenta encontrar algo, divaga, se estrella, se cuestiona, y al final ¿qué? ¿Lo encontrará? Hay laberintos tan complejos en la vida que a veces parecen no tener salida, y quesos tan pequeños con olores tan leves que su búsqueda se hace casi imposible.
¿Juanito habrá encontrado su queso de cómo hacer un ensayo?
Hay muchas recetas de cómo hacer un ensayo. Si el lector abre su computador y tiene conexión a internet y escribe cómo hacer un ensayo en el buscador de google, habrá alrededor de 209.000 resultados. Además, autores como Fernando Vázquez o Susan Sontag son grandes ponentes acerca de este tema. Pero después de caminar y estrellarme con algunas paredes, y ver el caminar de Juanito, puedo decir que este ensayo no muestra con claridad cómo hacer un ensayo, pero si muestra la manera en cómo no debe elaborarse uno, o cómo un texto puede convertirse en uno. De igual manera, aunque estoy de acuerdo con todas las recetas acerca de cómo hacer un ensayo, es la práctica y método “prueba y error” lo que me demuestran algo más.
De un resumen, se puede partir a un ensayo, de una reseña o de un comentario también. Pero un ensayo es ese queso raro que motiva al ratón a caminar, a estrellarse y a explorar.

BIBLIOGRAFIA

· FERNANDO VAZQUEZ RODRIGUEZ, Pregúntele al ensayista. Kimpres Ltda. (Bogotá,Colombia), Julio de 2009 cuarta edición.
· SUSAN SONTAG, Acerca de un ensayo. La estética del silencio. PDF · http://promocionsalud.ucaldas.edu.co/downloads/Revista%206_2.pdf ·

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